24 junio, 2006

mini-relato


Él estaba situado frente a ella, justo en el medio de la cocina, bajo la luz del fluorescente.

Hasta aquel momento ella siempre había odiado ese tipo de iluminación artificial, que consideraba teñía todo de un color azulón casi extraterrestre; pero esta vez lejos de resultarle desagradable, la agradeció, porque bajo esa luz a él le era imposible fingir y a ella demasiado fácil hacer una radiografía de lo que había bajo esa impenetrable estructura ósea de hormigón.

Tras esa mirada que ella le lanzó a él, bajo el fluorescente de su cocina, cayó al suelo un mapa... el mapa topográfico de Miguel.

7 comentarios:

Marta Aliste dijo...

Fernándo???

Tú diras.

El_crack_del_29 dijo...

simplemente perfecto. Me gusta la idea, y la forma de contarlo. Siempre es mas agradable escucharlo de tu boca.
Un besito

Marta Aliste dijo...

jejejej merci!

que me vooyyyyy, estoy toa ataca.

nos vemos a la vuelta, compañera.
besos

Díaz San Miguel dijo...

Aquí estoy, aquí estoy!
Unos días liadillos...
He leído el relato con calma, con el silencio del aire acondicionado, y me ha resultado igual de impactante que cuando te lo escuché.
Creo que transmíte una atmósfera chulísima, y el final, que me choca igual que las veces anteriores, me gusta como una flor rara, porque no lo acabo de comprender pero sí lo comprendo.
Tal vez..., tal vez si lo titulas "Mapa topofráfico de Miguel" entonces el final quede más impactante, con un corte más seco:
"de su cocina, cayó al suelo un mapa...", con o sin puntos suspensivos, tal vez mejor con ellos, pero estoy pensando en voz alta. Lo importante es que es completo, me gusta.
Espero que pases un més maravilloso en Chile y que arranques muchos fragmentos de vidas igual de buenos que éste.
Besos,
Fer

Marta Aliste dijo...

Que me voy, que me voy yaaaa...

Me gusta cuando piensas en voz alta. A la vuelta empezaré a retocar textos, que ya toca, ahora no hay tiempo que son las 14h y en breve cojo un avión. (jeje, cómo suena!!!).

Voy con los sentidos más despiertos que nunca para absorver todo lo que chile pueda ofrecerme.
Dicen que para escribir hay que tener algo que contar, pues espero venir con la maleta llena y todos los pilot vacíos.

Espero que no tengas que hacer más viajes a Madrid.

Besos.

Luis Somoza dijo...

¡Dios mío! Este rosa me esta atacando...
¡No puedo ver! ¡Ahh....Ohhhrgtx...Nooo!
Es demasiado fuerte para mí,
¡Ahh. Ohhhrgtx...Nooo...Por favor!
Me he quedado ciego,
dentro de poco comenzare a tener ataques epilépticos...

Tu relato es mu guapo, tiene mucha fuerza, pero lo del final, no sé, no lo sé.
Está muy bien pero me da la sensación de que no debería ser el final, da pie como para continuar mas el relato, bueno ya me dirás que tal.

Por cierto yo estuve en Chile y es un país Horrible, los hombres son peludos, con las uñas negras, solo tienen un diente debajo de un solo ojo, la nariz les crece en la nuca y siempre llevan los mocos colgando como a modo de coleta y las mujeres les tiran piedras envueltas en boñigas de yack a las chicas de Zamora. Por lo visto es una vieja tradición andina, no me preguntes porque.

Marta Aliste dijo...

jejeje, de momento Valparaiso me esta encantando... tengo una vision diferente del pais y de los hombres, ya te cotare a la vuelta cuando tenga una vision mas critica.

besos, luis.